domingo, 2 de enero de 2011

Suspiros de lavanderia

A todos nos ha pasado.

Todos hemos tenido una camiseta a la que adorabamos. Esa camiseta que viste por primera vez desde muy pequeño, que crece contigo, que usarias tanto para jugar a futbol como para ir a misa. A medida que pasa el tiempo te sigue gustando, porque al fin y al cabo es ESA camiseta y siempre sera muy especial para ti. Pero creces. Tus gustos esteticos varian y entonces esa camiseta ya no la vistes con tanta asiduidad como antes. Es incluso bastante probable que se la des a tu hermano pequeño, o al clasico hijo de los amigos de tus padres. Y podran pasar 10...15 años, que cuando vuelvas a ver ESA camiseta en otro niño, sonreiras con nostalgia pensando "le queda perfecta...igual que a mi, que me quedaba genial...podria usarla hasta con 60 años que no me cansaria...." Y entonces llega el pensamiento de "lo que daria por ponermela una ultima vez". No piensas en que ya no tienes 15 años. En que tus gustos esteticos no se asemejan a camisetas semejantes a esas. En que te podria quedar pequeña.

No. Porque es ESA camiseta. Y ante eso nada importa. Lo unico que quieres es vertela puesta "una ultima vez". Aunque solo sean 30 segundos. Y no piensas en las consecuencias que eso acarrea: se da de si la camiseta, se puede romper, ... da igual, no importa. Es ESA. Nada mas importa.

Pero si que importa. Todo importa. Nunca nos arrepentiriamos de habernosla puesto pese a quedarnos pequeña, pero cuando al quitartela ves que puedes haberla roto, a esa tu camiseta, la primera camiseta que adoraste y que ni 1.000 centrifugados han hecho que te guste menos...entonces todo cobra importancia. Y te lamentas, ya que ESA camiseta....no merecia ese final. Merecia seguir vistiendo a alguien y que el ciclo comenzara de nuevo, que al fin y al cabo es lo bonito.

Yo no he roto esa camiseta. Aun esta ahi. Guardada y a salvo. O eso creo. Siempre trato de limpiarla y cuidarla pese a que ya no pueda ponermela. Pero igual la ultima vez que la saque para lavarla, por un breve segundo se me paso ese pensamiento de "ultima vez" por la cabeza y la hice un daño irreparable. Por desgracia...es algo que tendra que esperar hasta la proxima vez que vuelva a lavarla y podre comprobarlo. Toca esperar.

Pero confio en que, si asi ha sido, no sea algo que el suavizante de lavanda no pueda arreglar.

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